La tan cacareada equidad de género
en la República Dominicana aun está pendiente por implementarse, es más,
nosotros nos atrevemos a afirmar que la equidad de género no va más allá de
reservar, a través de las leyes, puestos
en el Estado y en las empresas.
Hoy en día las mujeres tienen
exactamente los mismos derechos ciudadanos y políticos que tenemos los hombres
(al menos en teoría). No obstante la equidad de género es mucho más que eso,
seguimos formando a nuestras niñas para que sean sumisas, con poco pensamiento
critico y en muchos casos hasta más machistas que los propios hombres.
Todavía en la Rep. Dominicana sigue
siendo visto como un acto de poca hombría el hecho de permitir que una mujer
pague la cuenta en una salida con un amigo, novio y hasta con su propio esposo.
¿Que tiene que ver el dinero con la hombría?¿Es que acaso las mujeres no
trabajan? Si, si trabajan y nada tiene que ver el dinero con la hombría, esto
es solo un vestigio del viejo machismo más arcaico y recalcitrante.
La equidad de genero hace referencia a una balanza y para
que haya equidad deben haber dos elementos de proporciones iguales, lo que
quiere decir es que los hombres debemos dejar que las mujeres se desarrollen.
De nada vale quejarnos de las mujeres cuando seguimos comportándonos con el
viejo esquema paternalista, ¿Quien puede creerse el cuentazo de que la mujer es
el sexo débil?
Criamos a las mujeres con juguetes tales como:
lavadoritas, planchitas, minenes, etc y ¡ay
de aquella niña a la que no le gusten esos juegos! pues será llamada cariñosa y democraticamente “MACHORRA”. Nuestra sociedad es tan amable con las mujeres que
las obliga a derrizarse el cabello, durar horas de tortura en un salon
secandose el cabello, poniendose uñas postizas, HASTA CABELLO POSTIZO, todo con
el fin de “agradar a los hombres” y pobre de la mujer que pese más de 110 LB
porque esa si es verdad que sufre el buillying, principalmente de sus amigas.
Es tan bella y hermosa nuestra sociedad que las mujeres no tienen ni siquiera
apellido, por ejemplo, supongaomos que una mujer lleva por nombre Nayibe
Cabrera Andrade, el primer apellido lo heredó de su padre y el segundo lo
heredó de su abuelo, no conforme con eso, si la pobre Nayibe se casa, llevará
el apellido de su padre y el de su marido siempre con un “DE” antes del
apellido de su esposo para recordarle a ella y a todos que esta mujer tiene
dueño, algo así como los sellos que les ponen a las vacas con un metal
calentado al rojo vivo.
Las mujeres se casan para que las amen y las hagan
felices, el hombre (la mayoría del hombre actual) se casa para que lo atiendan,
esto es: le laven y planchen su ropa, le hagan comida, satisfagan sus deseos
sexuales, etc. Son pocos los hombres que se casan por amor y con el verdadero
objetivo de hacer a su esposa feliz (a estos, mi reconocimiento y verdadero
respeto).
Obviamente los hombres de las clases sociales más
pudientes no van a poner a su esposa a lavar y planchar (para eso están las esposas
de los hombres más pobres), estos se casan la mayoría de las veces con mujeres
de otra familia acaudalada para hacer una alianza económica o como símbolo de
su poder.
Pues bien, hemos visto como la mujer es el más perfecto
objeto sexual jamás creado por el hombre. Preguntamos a quienes apoyan y
sostienen este sistema: ¿Es que ustedes no tienen madre?¿Como son capaces de
educar a sus hijas para tales fines tan repulsivos?
Es nuestra la responsabilidad de mejorar esta sociedad,
respetando el libre desenvolvimiento de la personalidad de las mujeres, sería una
buena forma de seguir adelante.
Juan Vargas.
Dios, Patria y Libertad.
Secretario General de RS21.
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