Así que teóricamente para eso se
crearon los 155 ayuntamientos que gobiernan los 155 municipios que conforman la
República Dominicana (no mencionamos el Distrito Nacional porque a su vez, esa
es la sede del gobierno central).
Para ilustrar un poco más el lado
positivo de la descentralización, vamos a citar un ejemplo, tomemos el caso del
Municipio Santo Domingo Oeste: éste obtuvo
la categoría de municipio en el año 2001 mediante la ley 163-01, según el
artículo 7 de la mencionada ley, este municipio contaba con dos Distrito
Municipales, a saber, Los Alcarrizos y Pedro Brand, mientras que la sede del
gobierno municipal estaría ubicada en Manoguayabo. Entre Manoguayabo y la parte
más lejana de Pedro Brand existen más de 30 km (recorridos por la Autopista
Duarte) pero Pedro Brand cuenta con comunidades tan lejanas de Manoguayabo como
El Bélico, Lomas Lindas, Hoja Ancha, Los Cocos y Los Pabellones que ¿cómo
podría el Alcalde hacer llegar recursos a comunidades tan lejanas cuando su
sede de gobierno está ubicada en una zona con tan alta densidad poblacional
como Manoguayabo y Herrera?
Por
la anterior y otras razones se tomó la decisión de elevar a estos dos distritos
municipales a la categoría de Municipio de Los Alcarrizos y Municipio de Pedro
Brand con el objetivo de que estas comunidades tengan gobiernos locales más
cercanos y por tanto más eficiente.
Pero
la realidad ha sido que a pesar de haber manejado más de RD$ 5,000 millones y
RD$ 800 millones, desde su creación, (según cifras de la Cámara de Cuentas), el
municipio de Los Alcarrizos y el de Pedro Brand respectivamente, por conceptos
de asignación presupuestaria, arbitrios, tasas y otros gravámenes locales, el
desarrollo existente no está acorde con esa cantidad de recursos.
El
lector podrá concluir diciendo “la razón por la cual el desarrollo no va acorde
con los recursos es porque los políticos se roban todo” lo cual no es del todo
cierto, no es que no haya malversación de fondos (en dado caso habría que
demostrarlo con pruebas para hacer una acusación) porque hay un contralor
municipal y también están los regidores quienes deben fiscalizar el presupuesto
anual que el alcalde de turno pretenda implementar. Este es un problema de
varias dimensiones, las llamadas botellas, el dispendio, la mala o inexistente
planificación de los proyectos, recordemos que los alcaldes tienden a creerse
una especie de todólogos infalibles y no siempre contratan a los profesionales
especializados como Gerentes de Proyectos para coordinar los proyectos de
diversas índoles, ingenieros civiles, agrimensores, etc.
Algo
muy frecuente es ver como se construyen caminos vecinales y se pavimentan
calles sin los procedimientos de rigor y con materiales de baja calidad, todo
esto conlleva a un deterioro acelerado de las calles y que en poco tiempo el
Ayuntamiento tenga que volver a reparar las calles incurriendo en gastos que
generalmente son más elevados que si se hubiesen contratados ingenieros
especialistas desde el principio.
El
planeamiento urbano es prácticamente inexistente, la recolección de basura
sigue siendo un problema para la mayoría de los municipios debido a las mafias
que alberga esta industria, los servicios de agua potable son deplorables,
sobre todo en las zonas rurales, el clientelismo y el populismo son predominantes
donde podemos ver largas filas de ciudadanos en las casas de los respectivos
alcaldes desde horas de la mañana “esperándolo para pedirle un favor”. Si
comparamos los ayuntamientos dominicanos (salvo algunas excepciones) con los de
España (que es de donde copiamos este modelo) podríamos decir que nuestros
ayuntamientos son verdaderas caricaturas de magistrales obras de arte.
En
conclusión la municipalidad dominicana tiene un gran reto; y es darle verdadera
institucionalidad a los ayuntamientos, hacer uso eficiente de los recursos
humanos y económicos a través de una planificación rigurosa y de buenas
prácticas administrativas para que la Nación se pueda beneficiar al 100 % de la
descentralización y poder desarrollar las comunidades periféricas de la Patria
de Duarte. Para esto, todos debemos poner de nuestra parte, pues la corrupción
no es culpa exclusiva de los políticos, mientras tanto, seguiremos en el
subdesarrollo.
Juan
Vargas S.
PRM