sábado, 4 de abril de 2015

El gran ejemplo de Cristo.


            Podemos resumir la misión de Cristo en cuatro palabras “predicar con el ejemplo”, he ahí la grandeza de su obra, esto (entre otras cosas) lo diferenciaba de otros profetas, fue esto lo que atrajo a sus seguidores y también fue esto lo que le dio credibilidad ante los ojos de los escépticos.

            El hecho de nacer en un pesebre, crecer en un hogar pobre y aprender carpintería que es una profesión obrera, cuando pudo nacer en cuna de oro y pertenecer a una familia de comerciantes o del alto clero de la época, ese hecho demuestra que el maestro Jesús estaba del lado de los pobres, lo cual lo colocaba en una posición diametralmente opuesta a la de las clases dominantes y al status quo de la época.

            Sus posteriores enseñanzas afirmaron lo anterior cuando dijo “es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielo” (entre otras afirmaciones).

            Lo anterior no significa que ser rico era necesariamente malo sino que en aquellos tiempos era prácticamente imposible acumular riquezas sin cometer actos ilícitos, fraudulentos e incluso de súper-explotación. Recordemos que el pueblo de Israel era oprimido por el Imperio Romano y no había forma de hacer negocios sino aliándose con los opresores, cobrando impuestos abusivos o practicando la usura (que para la época era un pecado penalizado por todas las religiones).

            Los judíos ansiaban a un hombre que los liberara del yugo romano y Dios nos envió a un hombre que liberó a la humanidad, luchó para que los hombres seamos iguales ante nuestros ojos como lo somos para Dios, para que las mujeres no sean juzgadas por hombres inmorales, Jesús recordaba el respeto a los 10 mandamientos, es decir, todos los actos de Cristo fueron eminentemente políticos, siempre en la lucha por los oprimidos.

            Jesús se convirtió en mártir para demostrar cuán grande es el amor que nos profesa, con este acto partió la historia en dos (Antes de Cristo y Después de Cristo) para darle paso a una nueva generación de líderes quienes debemos seguir el ejemplo que él nos dio.

            La República Dominicana es un país de fuertes raíces cristianas, un país lleno de gente que cree en la palabra y el ejemplo de nuestro señor Jesucristo. También nuestro país vive en condiciones parecidas a las que vivía Israel aunque con obvias diferencias producto de las distintas épocas, pero aun así el pueblo dominicano ansía la llegada de un líder (hombre o mujer) que siga el ejemplo del maestro Jesús y traiga la redención al pueblo dominicano como hace 2015 años lo hizo Jesús de Nazareth, el hijo de Dios.

            Juan Vargas.
Secretario General de RS21.
     Dios, Patria y Libertad.

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