domingo, 8 de febrero de 2015

La Sentencia TC 0168-13, haitianos y dominicanos.



La Sentencia TC 0168-13 que ordena, en una de sus decisiones, al Poder Ejecutivo realizar un Plan de Regularización para las personas inmigrantes residentes en la República Dominicana de forma ilegal, ha sido posiblemente la sentencia más discutida y a su vez la más tergiversada en nuestro país. Producto de las sistemáticas tergiversaciones nacionales e internacionales no solo se ha desvirtuado el contenido de la Sentencia sino que también se ha fomentado el odio entre los pueblos de ambas naciones con argumentos absurdos y también con mentiras. Por tanto, en las próximas líneas trataré de contribuir con el esclarecimiento del tema.
El hecho de que un Estado quiera regularizar o deportar (como lo hace EEUU por ejemplo) a los inmigrantes que residen en su territorio de forma ilegal no lo convierte en un Estado violador de los derechos humanos siempre y cuando proceda según lo establece la legalidad. Ahora bien, si esa decisión del Tribunal Constitucional es o no la mejor solución ya es otro tema. En vista de que la Constitución de la República establece que (con respecto al Tribunal Constitucional); “Sus decisiones son definitivas e irrevocables y constituyen precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado.”, nosotros los ciudadanos dominicanos debemos acatar, respetar y defender esta decisión, eso es lo que se conoce como “proteger la institucionalidad”.
El tema del odio inter-pueblos es reforzado con algunas matrices de opinión, descabelladas en su totalidad, que inducen al pueblo dominicano a sentirse amenazado por los haitianos. Unas de estas matrices es la “invasión pacífica”, este concepto no es muy claro que digamos ya que el término “invasión” cuando se trata de un país a otro se refiere a todas luces a una acción militar, pero si se hiciera un esfuerzo y lo tratáramos de ver como un éxodo civil como cuando Moisés llevó a los hebreos desde Egipto a la tierra prometida (Israel), aun así, este no es el caso, primero porque la fulana “invasión pacífica” no se ha producido bajo el liderazgo de nadie ni mucho menos se ha movilizado un distrito o un departamento (equivalente a un provincia en RD) desde Haití hacia nuestro país.
Por lo anterior expuesto queda demostrado que el concepto de “invasión pacífica” es poco más que una ridiculez y un error semántico monumental.
Hace poco leí en un diario digital del cual me reservo el nombre para evitar herir susceptibilidades, un noticia que misteriosamente desapareció de la web en menos de diez minutos, la misma trataba sobre un incidente ocurrido en la frontera y su título era “Un haitiano da pedrada a agente del CESFRONT en la frontera”, yo me pregunto cómo alguien que se haga llamar profesional de la comunicación puede reportar semejante cosa, ¿Cómo sabemos que eso pasó realmente si nuestro periodista no entrevistó al soldado agraviado ni tampoco al médico que debió atenderlo, es decir, no citó fuente? ¿De ser cierto, que tiene que ver este hecho aislado con la inmigración Haití ilegal? ¿Cuál fue el móvil de esa pedrada? Para mi es evidente que esa noticia no es más que leña para el fuego, una manipulación premeditada y en ningún caso algo ingenuo.
Otra matriz de opinión bastante absurda es usar la Invasión militar del General Jean Pierre Boyer del año 1822 como base para sustentar que los haitianos “siempre han querido esclavizarnos”. Si vamos a hablar de las invasiones haitianas al lado oriental de la isla (actual República Dominicana), podemos recordar cuando Toussaint Louverture invadió en 1801 la colonia española llamada Santo Domingo e inmediatamente declaró la abolición de la esclavitud y nos liberó del yugo español, ¿Por qué nadie habla de eso? Si queremos seguir citando invasiones podríamos hablar de la invación militar estadounidense de 1916-1924 o la invasión también estadounidense de 1965 para evitar que se repusiera el gobierno legítimo de Juan Bosch, la Guerra Patria producto de la cual murieron miles de dominicanos como el Cnel. Rafael Tomás Fernández Domínguez, Francisco Alberto Caamaño Deñó y todos los combatientes anónimos. Pese a que las invasiones militares estadounidenses a nuestro país son más recientes que las de Haití, ya los perdonamos y tenemos excelentes relaciones con ese país, entonces ¿Por qué seguir fomentando el odio contra la desdichada República de Haití?
Cualquier persona que haga un análisis serio del tema Haití puede concluir que los haitianos emigran por las mismas razones que emigramos los dominicanos a cientos de países en todos los continentes, emigramos a sociedades donde se nos permita trabajar y vivir de forma digna, emigramos para no ver a nuestros hijos crecer desnutridos, para no ver a nuestros familiares pasando hambre, nosotros (haitianos y dominicanos) no emigramos para apoderarnos de ningún país, emigramos por humanidad.
Concluyo reafirmando mi apoyo a nuestro Tribunal Constitucional y recordando que El Plan de Regularización no es solo para haitianos, es para “inmigrantes residentes en la Rep. Dominicana ilegalmente”, por tanto, no se nos puede acusar de xenofobia ni racismo pero nosotros, los sectores prudentes dominicanos, debemos hacerle frente a los extremistas de ambos bandos.


Juan Vargas S. 
Secretario General de Revolución S21.
Dios, Patria y Libertad.



2 comentarios:

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  2. Debemos fortalecer nuestra institucionalidad, sin irrespetar los derecho de los inmigrantes. Buen análisis . #YoPuedo

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